Como algunos están enterados, el pasado lunes 17 de febrero fui sometido a un procedimiento quirúrgico, específicamente en la parte lateral exterior de la pierna izquierda, dando por terminado un largo (muy largo) idilio con una úlcera por presión que me aquejaba desde la década pasada. El resultado fue por demás satisfactorio y espero para mañana por la noche estar de vuelta en casa, donde pasaré otras tantas semanas en recuperación pero ya desde la comodidad del hogar.
Esto es dar un pasito auxiliar en el proceso que estaré llevando en el Instituto Nacional de Rehabilitación (Xochimilco) a partir de abril, entre tratamiento contra osteomelitis y más cirugías, para ‘recuperar’ la usabilidad de mi cadera, madreada también de años atrás y a la que por erróneos diagnósticos y desidia fui retrasando su atención, hasta caer el pasado enero en las buenas manos de los especialistas del INR.
¿Por qué compartirlo? En primera, porque desde hace años asumí ventilar parte de mis vivencias y pensares como una manera de interactuar con el «resto del mundo», propios y ajenos, tanto que hasta un libro brotó de ello. En segunda, a muchos de quienes terminarán leyendo estas líneas los considero amigos, compañeros de ruta, camaradas, hermanos incluso, y me interesa hacerles participe de estos detalles médicos que -anticipo- van encaminados a volverse una constante por algún tiempo. Y en tercera, porque escribir es para mí parte de una tarea de reconocimiento, asentamiento de lo vivido, espacio para aglutinar lo sucedido y darle forma en mi historial de vida, quedando por lo tanto registrado (como tantos otros eventos) y vuelto palabra.
Concluyo, además de agradeciendo sus porras, buenos deseos y muestras de afecto, compartiendo otra cosa a modo de decretarlo, e invitarlos de paso a que lo decreten conmigo. Tengo el vehemente deseo de aprovechar una visita a la capital del país la penúltima semana de abril -por consulta en el INR- para la presentación de Todo Cabe En Un en el DF, y el día (la noche más propiamente dicho) que tengo imaginado-vislumbrado-considerado es el miércoles 23 de abril, coincidiendo de la más casual de las maneras con el Día Internacional del Libro. A partir de hoy corren 2 meses para preparar aquello con el más cuidadoso de los detalles, no tengo ahorita más que el día definido, con seguridad estaré solicitando ayuda de varios de por aquí, pero habiendo amor y querencia las cosas fluyen. ¿Me acompañan?