Lizeth

Hoy celebra un año más de vida Lizeth. Tres años menor que yo, la primera de las Esparza de la Garza fue mi compañera de juegos, amiga, palera, camarada, y hasta confidente en algunas ocasiones -seguro recuerda mi iluso amor por Maricela manifestado en regalarle los tazos que aparecían en mis papitas-.

Quisiera escribir algo más elaborado pero el tiempo me ahorca. Recordé hace rato que en el 2007, y sin tener algún motivo en particular, lo hice. Releí, pasando saliva y el lacrimal aflojado. A pesar de las circunstancias, sigo opinando lo mismo. Y que la quiero mucho.

*****

No termina de sorprenderme

junio 4, 2007

A principios de abril del 99, viviendo la experiencia del noviciado y a poco más de un mes para hacer mi carta de petición para la 1a profesión religiosa, recuerdo escribí a casa mandando varias preguntas para todos los miembros de mi familia, desde papá a Karlita -que tendría por ahí de los 2 años-, en relación a la decisión que estaba por tomar (Karlita era quien la tenía más sencillo: hacerme un dibujo). Me contestaron pronto, para fines de mes, y fue muy alimentador recibir sus impresiones, variadísimas entre sí, considerando que c/u en mi familia había tenido distinta impresión de lo que fuera mi ingreso al seminario.

La respuesta de mi hermana Lizeth, de 16 años y ya en 2o semestre de la carrera de Leyes en ese entonces, me llamó tanto la atención que es fecha que aún recuerdo algunas líneas que con su puño y letra escribió. Hay muchas cosas que ni al caso ventanear, traigo a colación esto de su escrito porque, palabras más, palabras menos me decía: “es tu rollo lo que haces, pero si me pides mi opinión, regrésate, vuelve a Leyes, vamos a estar juntos y ponemos luego un despacho…”. No es que mi hermana estuviera en contra de lo que pensaba hacer, acepto que tampoco estuvo muy de acuerdo, pero a su modo me seguía pensando en su vida, como siempre me pensó porque, aunque nos llevábamos de la greña, eramos muy cuatachos y pasábamos algunos buenos momentos de hermandad y camadería -no se diga fastidiando a Juan Luis, el 3o de la familia, pero esa es oootra historia-.

Con el tiempo mi hermana se tituló, y un tiempo después de eso, se casó. Tiene una niña, Olga, mi sobrina, de 2 años y medio, y vive con su esposo desde diciembre en lo que fuera la casa de mi abuelita, donde ella se crio. Hace rato llegó a casa después de su trabajo como hace en algunas ocasiones, pero esta vez sin su niña. Venía por su ropa -aquí está lavando porque su lavadora se descompuso- y a cambiarse, ¡para ir a jugar futbol! Concluyo: Está loca mi hermana, pero me cae a todo dar, la puede estar pasando ‘de la madre’ pero su estado de ánimo no recae, y se reinventa, y se reinventa, y se reinventa tantas veces sea necesario para seguir en esta vida y sobrevivir, feliz.

Ayer en una página de trova me topé con esta frase: “Nada del pasado vale tanto la pena como el día de mañana“. Pensaba hacer un post donde pudiera escribir tanto de lo que esa frase me removió. Hace rato me dio por escribir sobre mi hermana cuando la vi salir muy fresca con sus shorts, tachones, medias y playera -con nombre y número- acompañada de Leonel imagino que rumbo a las canchas Río. A esta altura, pienso que si en la familia alguien vive esa frase, es ella. Te admiro, Lizeth: no terminas de sorprenderme.

Abril 27, 2012
Abril 27, 2012