Porque un amigo nunca se va

Nos educan para ser productores y consumidores, no para ser hombres libres.»

José Luis Sampedro (1917-2013)

Canta Alberto Cortez: Cuando un amigo se va…; pero creo que se equivoca porque un amigo nunca se va aunque ya no esté presente. Permanece en el recuerdo que albergamos de él, en los improperios y muletillas que empleaba, en los gestos y miradas que lo identificaban, en el eco de sus carcajadas, en la sentencia en la que se ha transformado su voz.

Así que de este año en adelante, cada 9 de abril tendremos el perfecto pretexto para saber que sigue entre nosotros José Luis Sampedro, quien sin conocernos nos quiso, que sin conocerle le querrán, porque la sabiduría y humildad vuelven a cualquier hombre digno de admiración y aprecio. Ahora soy yo quien me equivoco, pues Sampedro no fue cualquier hombre: con su palabra convenció y con su ejemplo arrasó, y aún con su edad y las necedades que la vida nos lleva a acumular no claudicó en su empeño por educar en la libertad.

Sea tu muerte, José Luis, estímulo para seguir tu ejemplo, semilla que cae en tierra fértil y hambrienta de -al igual que tú- abogar por un mundo más humano. Si cada uno de los que lo habitamos despertáramos con la vehemente intención de biendecir una parte de él, podríamos sentirnos tranquilos del futuro que heredaremos a nuestros descendientes.