Heli, de Amat Escalante

Anoche -gracias a que ya está disponible para su descarga [aquí]- tuve oportunidad de ver por fin Heli (Amat Escalante, 2013), película que le consiguió a su director ganar nada menos que el Premio a Mejor Director en la reciente edición del Festival de Cine de Cannes.

¿Qué puedo agregar a lo ya comentado en una variedad de reseñas (destaco entre ellas la de mi querida Fernanda)? A mi parecer, es una película que estaba quedando pendiente a los realizadores nacionales, que si bien con producciones como El infierno o Miss Bala trasladan a la pantalla grande su perspectiva de la calamidad que resulta la narcoviolencia, no hurgaban a fondo en la entramada de repercusiones que conlleva, en lo que Escalante no se reserva y sin el menor de los pudores desde la primera escena nos advierte que lo que estamos por presenciar no viene edulcorado.

Podría objetarse que basta sintonizar los noticiarios o navegar por Internet para ser testigos de eventos más trágicos y crueles que los sucedidos a Heli, y no lo dudo. Pero lo que nos transmite la cinta es además una acertada lección, fuera de falsas moralinas, de que aún hay en México quienes repudian lo relacionado con hechos delictivos, de que ante la posibilidad de enriquecerse ilícitamente se valora el esfuerzo de una vida alejada a las drogas y la delincuencia, de que los valores no se predican en lo alto de las azoteas sino permean los actos más simples y cotidianos. Muchas veces a costa de la vida misma, de sufrir maltratos y vejaciones, desesperanza. Y a pesar de ello, habrá quienes se manifiesten incorruptibles. ¿Estamos en ese bando?

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No dude, si no la vio, descargar Heli, verla, estremecerse, sentirse solidario con tantos que a diario padecen lo que sucede a los protagonistas, y recuperar los motivos que pueda tener para seguir peleando, como atinadamente nos exhorta Denise Dresser.

Gravity, de Alfonso Cuarón

Pocas veces se tiene oportunidad de ser contemporáneo directo de la que a todas luces, con el tiempo, quedará catalogada como una de las mejores películas del Siglo XXI. Sí, apenas han transcurrido 13 años en este nuevo milenio pero por lo filmado hasta ahora, y lo grande que resulta GRAVITY en múltiples sentidos, no son palabras desprendidas por el fervor colectivo de momento.

Estrenada en la inauguración de la edición anual del Festival Internacional de Cine de Venecia el pasado mes de agosto, como reguero de pólvora fueron esparciéndose halagadores comentarios a su favor, mismos que florecieron al llegar por fin su estreno comercial en Estados Unidos -octubre 4-, algunos quizás despertando mayor expectativa en vísperas de su llegada a salas mexicanas. Por mencionar tan sólo uno: Why ‘Gravity’ Could Be the World’s Biggest Avant-Garde Movie.

Llegó la medianoche del 18 de octubre y decenas de salas a lo largo y ancho del país se abrieron para recibir a miles de ávidos entusiastas del cine de ciencia ficción, de las historias desarrolladas en el espacio, de quienes soñaron de niños con ser astronautas, de admiradores del trabajo de Alfonso Cuarón, constante en el medio desde 1991 con su Sólo con tu pareja. La emoción por descubrir un tesoro sin ser bombardeados con el paso de días de la variedad de opiniones de quienes ya la habían visto nos hizo a muchos apersonarnos cuanto antes en nuestra sala de 3D de preferencia para consumar el encuentro con la cinta.

¿De qué fuimos testigos durante 91 minutos? De una experiencia que desde la primera escena te traslada hasta el escenario en el que se desarrollará en su totalidad: el espacio y su inmensidad, donde como granos de arena en una extensa playa se desenvuelven dos astronautas afuera de su transportador haciendo trabajo de mantenimiento a un telescopio. Uno de ellos más metido en las tareas, la Dra. Ryan Stone (Sandra Bullock). Por su parte, el veterano comandante del equipo, Matt Kowalski (George Clooney), pasea maravillado ante lo que resultará su última misión, externando cuánto extrañará ver el amanecer de la Tierra desde fuera de ella, en una escena que nos evoca de inmediato el ambiente retratado por Kubrick en su epopéyica 2001: A Space Odyssey.

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Pero a diferencia de éste, y aun gozando de la magnanimidad que otorgan las nuevas tecnologías, Cuarón se refugia en el interior de sus personajes para desarrollar la historia, con uno principal (Bullock) y otro de comparsa que a los pocos minutos tendrán que separar sus destinos para que sea solamente el destinado a vivir, el que tenga asuntos pendientes qué atender o merezca una segunda oportunidad, quien asuma la misión de sobrevivir, y más que ello, volver a la Tierra tras un catastrófico accidente que los ha dejado a la deriva y sin el menor de los contactos con el resto de la humanidad. Por muy corto tiempo le corresponderá a Kowalski fungir como el Señor Miyagi o el Maestro Jedi Yoda de la Dra. Stone, y es imposible no traer a nuestro inconsciente emotivos momentos que guardamos de tutorías similares a lo largo de las películas que hemos presenciado y añoramos.

Para el momento de la emancipación de la discípula, estamos ya por completo sumergidos en su traje, y sin percatarnos, también  embarcados en una lucha por nuestra supervivencia a la que le quedan menos de 60 minutos para definirse. Esto no es cosa menor: las batallas externas del personaje, aleccionado con sabiduría por su efímero tutor, se contraponen a la interna: esa experimentación de una soledad más cabrona que la de estar salvando el pellejo a 400 kms. de distancia de la superficie terrestre. Los pocos momentos de conversación entre Kowalski y Stone nos permitieron conocer de su vida y su mayor pesar, y resulta imposible permanecer inalterable emocionalmente ante ello.

Es aquí donde aprecio la maestría de Cuarón en la conducción de la película: una más que atinada combinación de recursos tecnológicos, emocionales, psicológicos y hasta espirituales para ir tejiendo una resistente red en la que sin el menor de los reparos nos hace saltar, ayudado de una convincente interpretación de Bullock que sí bien nos tiene acostumbrados a verla en retos a contrarreloj desde Speed (1994; vaya usted a saber qué tanto tenerla en el inconsciente registrada como la compañera de Keanu Reeves en la misión de salvar aquel autobús nos ayuda a conferirle credibilidad en esta nueva hazaña), ahora nos conmueve con su fiel encarnación del papel que desempeña. Y aún en el momento de máxima soledad y abandono no fallece en su interior esa chispa de esperanza, latente en todo ser humano, que la lleva a tomar en sus manos -literal- las riendas de su salvación.

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La recta final de la película es lo más parecido a una carrera de obstáculos, apareciendo intrínseco el espíritu de Chariots of Fire y otras tantas cintas en donde el protagonista es exigido al máximo para alcanzar su cometido, pero éste ya goza de la unción de los dioses y la energía de los 300, 400 espectadores en cada sala que se suman en la consecución de objetivo, y no estamos dispuestos a ceder un ápice. Es tal la comunión de los presentes con la protagonista que el silencio reinante permite a la música de fondo adueñarse con plenitud de los sentidos y hacer lo suyo, como de magistral manera lo ha hecho en Star Wars, Superman, The Mission y muchas más. Una escena final llamada también a volverse icónica entre las tomas que marcarán una generación corona el espectáculo, triunfante al fin, al que cada espectador alrededor del mundo ha sido sometido.

Figuradamente «puede cerrarse el telón» pero ninguno podrá continuar su vida de la misma forma después de abandonar la sala.

Películas Julio 2013

Comparto como he venido haciendo a lo largo del año la lista de películas vistas durante el mes, siendo julio el más paupérrimo en cuanto a mi dedicación a este hobby:

  1. Pacific Rim, 2013
  2. Monsters University, 2013
  3. The Purge, 2013
  4. The place beyond the Pines, 2012
  5. Halt auf freier Strecke, 2011
  6. American Psycho, 2000
  7. Kiss of the spider woman, 1985
  8. Natacha, Perú 1970

En mi descargo, agrego que parte del tiempo que dedico al ‘ocio’ lo dediqué a ver los 26 capítulos del ánime Neon Genesis Evangelion ý dos de sus películas complementarias (Death & Rebirth, The End of Evangelion) así como la primera temporada de la serie Bates Motel (10 capítulos).

Películas Junio 2013

Con junio se lleva a la mitad del año y como en los meses anteriores, comparto el listado de películas que vi durante el mes, con nombre original, país y año:

  1. Stoker, 2013
  2. Ginger & Rosa, 2012
  3. Frankenweenie, 2012
  4. 7 Dias En La Habana, Francia 2012
  5. The King’s Speech, UK 2010
  6. Gone Baby Gone, 2007
  7. Primer – 2004
  8. Jeux d’Enfants, Francia 2003
  9. Balseros, España 2002
  10. Waking Life, 2001
  11. 27 Missing Kisses, Georgia 2000
  12. Mad Max Beyond Thunderdome, Australia 1985
  13. Testament, 1983
  14. Mad Max 2, Australia 1980
  15. Repulsion, UK 1965
  16. North by Northwest, 1959

Sólo para el records, luego de 6 meses he visto este 2013 un total de 199 películas. ¿Alcanzaré las 400?

Haiyáng Tiantáng (Ocean Heaven), de Xue Xiaolu

El día de ayer, como cada tercer domingo de junio en México, celebramos el Día del Padre. Con tal motivo si bien algunas horas después comparto con ustedes esta modesta reseña pero fervierte invitación para que busquen y vean -está disponible en torrent- la película Haiyáng Tiantáng, Ocean Heaven.

A esta película china le correspondió la inauguración del Festival Internacional de Cine de Shanghai 2010, y está dirigida por Xue Xiaolu, que además de profesor en la Academia de Cine de Beijing, se ha desenvuelto como voluntario por más de 14 años en la ONG Beijing Stars and Rain para apoyo de niños autistas.

Haiyáng Tiantáng nos narra la historia de Sam Wong, el afanoso padre de Dafu, chico de 21 de años y que padece autismo, por lo cual buena parte de su rutina la invierte en su cuidado. La madre de Dafu falleció cuando éste tenía apenas 7 años y desde entonces Sam Wong ha sido padre y madre para el chico, combinando las atenciones que le merece con su modesto trabajo en un parque acuático, en el cual Dafu ha crecido y adquirido excelentes habilidades para nadar.

Sin embargo, a causa de su edad un padecimiento de salud empuja a Sam Wong a buscar quién pueda correr con la tutoría de Dafu en su ausencia, encontrándose con la encrucijada de que por su edad es demasiado grande para permanecer en un orfanatorio y demasiado chico para ingresar a un asilo. Xue Xiaolu nos coloca en los zapatos de Sam Wong en esta delicada y complicada búsqueda a contrarreloj, la cual significa al mismo tiempo el comienzo de un proceso de despedida de su hijo, por encima de lo poco que éste pueda comprenderlo.

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Las actuaciones son magníficas y el tema del autismo así como el rol que juega en este caso un papá en tal circunstancia es abordado con tal maestría que la recomiendo encarecidamente para padres en dichas circunstancias, así como para todo aquel dispuesto a experimentar con otros ojos lo complejo pero a la vez tan maravilloso que una discapacidad de cualquier tipo conlleva.