Descansar

Aquella mañana Víctor no tenía ganas de despertar. Dio un manotazo sobre el reloj-despertador cuando comenzó a sonar que lo tiró del buró. Se acomodó en el extremo contrario de la cama y colocó una almohada sobre su cabeza antes de cubrirse completamente con la sábana. No habían pasado 20 minutos de este espontáneo ritual cuando fue ahora una llamada a su teléfono celular la que le exigía atención. «Chingado, por qué no lo dejé en silencio», fue el primer pensamiento que le atravesó, más allá de intrigarse por quién pudiera estar llamándole a esa hora de la mañana. «Si es importante volverán a llamar», asumió. Apretujó los ojos y retomó el intento por conciliar el sueño. A los 15 minutos, de nueva cuenta el sonido del teléfono irrumpió en la habitación. Esta ocasión con mayor insistencia que la anterior, más no la suficiente para sacudirlo de la cama y acercarlo hasta el librero, donde había puesto a cargar el aparato antes de dormir. Inclinando su cuerpo lo más posible al borde de la cama, bajó su brazo izquierdo al suelo como buscando «hacer tierra» con el piso y en esa extraña posición se quedó nuevamente dormido. Escuchó sonar el timbre del departamento, ante lo que tampoco tuvo la menor intención de reaccionar. Sólo una persona le importaría ver en ese momento, misma que contaba con llave para entrar a la vivienda, por lo que cualquier sujeto detrás de la puerta podía con toda tranquilidad insistir e insistir hasta el cansancio. Volvió a escucharse el timbre, ahora acompañado de un golpeteo rítmico en la puerta, como incentivando una mejor respuesta. Inocuo, por completo, Víctor tenía rotundamente la determinación de no atender. Pasaron las horas. Ya no se escuchó el timbre ni algún toquido sobre la puerta. Tampoco el sonar del teléfono celular. Un rayo de sol entró por la ventana, indicando que ya pasaba del mediodía. Eso no perturbó en absoluto a Víctor, quien permanecía impávido debajo de la sábana. Sin intención de pensar, de sentir, de esforzarse en otra cosa que no fuera descansar. De todo y de todos. Al menos por hoy.