Águilas Centenarias

Hace casi 9 años compartía un texto en Internet, como contexto para una historia familiar, del cual tomo un extracto con motivo del Centenario que hoy celebra el club de fútbol mexicano Águilas del América. Comparto con gusto:

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Antes de comenzar, me es menester hacer una confesión, dolorosa, cierto, pero necesaria para la compresión de lo que contaré más adelante. Lo que pienso confesar, si bien no es un delito del fuero común, tampoco es algo que uno pueda andar diciendo así tan tranquilo por la calle, por lo que agradezco su comprensión y discreción. Pues bien, la revelación en cuestión es que de pequeño le fui a las Águilas del América. Sí, leyó usted bien, simpatizaba con el equipo de fútbol de Televisa.

Siempre me ha gustado el futbol, verlo, y cuando pude, jugarlo, aunque para esto nunca conté con muchas habilidades. Respecto al rubro de apreciarlo, el espacio preferencial era la televisión, seguir la transmisión dominical del partido de las Águilas en una época en la que el equipo de Coapa barría con quien le pusieran enfrente. Y cómo no con tremendo cuadro de lujo: Adrián Chávez en la portería, Alfredo Tena, Guillermo Huerta, Efraín Herrera en la defensa; Cristóbal Ortega, Gonzalo Farfán, Carlos de los Cobos y Roberto Alderete en la media; Antonio Carlos Santos, Carlos Hermosillo, Luis Roberto Alves ‘Zague’ y Adrián Camacho como delanteros. Conforme crecí les seguí la pista hasta la temporada 90-91, cuando fueron derrotados en la fial por los Pumas de Ricardo El Tuca Ferreti, Alberto Aspe, Luis García, Ramírez Perales, Luis Patiño, Claudio Suárez, Jorge Campos y compañía.

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Asimismo, conforme fui tomando conciencia de mi regiomontaneidad me incliné desde un principio por el equipo de los Tigres de la UANL. Recuerdo a mi papá llevándome al Estadio Universitario en algunas ocasiones, comencé a seguirlos en los noticiarios y tratar de encontrar los partidos de local en la antena parabólica buscando el satélite Morelos 1, y claro, comencé a aborrecer a los rayados… en fin, emergió mi amor por la causa felina y sepultado el americanismo…

(abril 18, 2007)

Tigre, de corazón

Esta noche no se juega un partido: se vive un sueño. Once jugadores en la cancha, y cientos de miles de aficionados en Nuevo León primordialmente -pero también otros estados del país y el extranjero- vibraremos bajo un mismo sentimiento, el que Tigres de la UANL se consagre campeón de la Copa Libertadores de América, el torneo de clubs más importante del continente.

Esta gloria se le ha negado ya en dos ocasiones a equipos mexicanos de los considerados grandes: Cruz Azul y Chivas. De conseguirlo, el cuadro de San Nicolás escribirá con letras de oro su nombre en la historia del fútbol nacional y pasaría a codearse de tú a tú no sólo con los de mayor trayectoria en el país, sino en el continente entero. De 1960 a la fecha han sido 25 equipos los que han saboreado tal empíreo, 12 de ellos en más de una ocasión. Entre ellos River Plate, el rival de esta noche, que la alzó triunfal en 1986 y 1996.

A pesar del solvente paso de Tigres en la fase de grupos y eliminatorias, la hazaña no es en absoluto sencilla, como quedó demostrado el pasado miércoles que los felinos recibieron a los argentinos en El Volcán sin infringirles daño alguno. El oficio de los sudamericanos se impuso y el marcador quedó igualado a ceros. Hoy serán 90 minutos de ganar o morir, de volver a dejar el corazón, la garra y la experiencia en la cancha, bajo una tribuna a reventar con 65,000 hinchas del equipo local que harán su juego haciendo sentir al que ven como invasor que se está metiendo en asuntos que no le corresponde, y que a toda costa desean que los suyos consigan el Tricampeonato libertador.

Sea cual sea el resultado, Tigres ha triunfado. Su nombre tiene un mes pronunciándose en todos los círculos futbolísticos del continente, al igual que el reconocimiento a su afición, que ha despertado admiración por su incomparable apoyo. También esta noche nosotros nos jugamos el alma y fidelidad a unos colores que nos han dado más tristezas que alegrías, pero que cada una de ellas ha valido la pena esperar para conseguirlas. Curiosamente, aquel 1996 que River levantó la Libertadores por segunda vez, Tigres vivió su dramático descenso. Luces y sombras que concede el fútbol para tatuar en el corazón la adhesión a una camiseta.

Si Tigres gana, que lo deseo, vendrá una abundancia de dicha que no alcanzo a concebir en este momento. Merecido y esperado, sorpresivo y justo, por el desempeño del equipo durante el torneo y su disciplina en la última etapa con ‘el Tuca’ al frente. Si pierde, tendremos una experiencia más que acumular, una nueva oportunidad de enfrentar el destino de cara a una derrota que no desconocemos, y que sin embargo nunca nos doblegará del todo. Porque no somos: nacimos Tigres, y Tigres moriremos.

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¿Por qué no alcanzamos el quinto partido? Todo es culpa de los publicistas  

*Artículo redactado el 22 de junio en vísperas del partido México-Croacia, y cuando se jugaba aún la fase de grupos del recién celebrado Mundial Brasil 2014*

Llegó el tan esperado por muchos 12 de junio, fecha pactada para el silbatazo inicial del Brasil – Camerún, partido con el cual dio arranque una edición más del Campeonato Mundial de Fútbol, asignado desde hace 10 años a Brasil. Reconocido en el mundo por la habilidad de sus habitantes para la práctica de este deporte, el anfitrión es considerado como el gran favorito para levantar la tan codiciada copa por sexta ocasión en la historia de esta celebración, que se remonta a 1930 en Uruguay.

 A pesar del dolor que pueda provocar a los más románticos, con el paso de los años lo deportivo quedó reducido al no tal puntual seguimiento de las reglas establecidas para su práctica, dictaminadas desde antaño por la  International Football Association Board. Hablando propiamente de la justa mundialista, cualquier milímetro (desde los vistosos tachones que portan los jugadores hasta los onerosos elefantes blancos en que terminarán convertidos algunos estadios construidos exprofeso para el evento) es aprovechado para la máxima explotación comercial. Para dimensionar, se estimaba en una pérdida de hasta 600 millones de dólares el que la selección mexicana no alcanzara su calificación. Multiplique eso en mayor/menor escala por 32 países -quizá descartando algunos que no se toman el fútbol tan en serio como Australia- para tener una vaga idea de las descomunales cifras que giran en torno al arbitrariamente denominado «juego del hombre».

Resulta por tanto natural pensar que los publicistas y creativos involucrados en que las marcas se empapen del espíritu mundialista y contagien  en el destinatario de su anuncio del fervor que despierta la disputa del torneo, dejaran la camiseta en el terreno de juego, invirtiendo sangre, sudor y lágrimas para que sus anuncios superen la fase de grupos y se cuelen a las instancias finales. Que sus anuncios jueguen el quinto partido, ese que tanto se le ha negado a nuestro seleccionado edición tras edición.

Por desgracia, haciendo una revisión de los anuncios disponibles en TV e Internet dirigidos al mercado nacional, podríamos sospechar la causa del porqué el fracaso de la selección azteca en conseguir tal propósito: NOS FALTA PONERLE HUEVOS. Sí, eso que tanto ha cacareado el técnico Miguel Herrera a través de Twitter (#MéxicoLindoYQuéhuevos) es la materia prima ausente en los comerciales que diferentes marcas han estado transmitiendo desde semanas antes de arrancado el Mundial. Una colección de clichés carentes de la menor gracia y novedad, omisión de elementos que lleven al espectador a conectar con lo que está presenciando, lamentable carencia de emotividad y sentimientos que hagan hervir el interior de quien por error o mera pereza dedicó 30 segundos de su vida a prestar atención al televisor durante su transmisión.

No es el propósito dictar una cátedra sobre «Manejo de emotividad en publicidad para eventos deportivos» (tampoco es mi campo, cabe decirlo), pero resulta suficiente ver un par de anuncios comerciales para caer en cuenta qué tan lejos están los publicistas nacionales de apoyar con su trabajo al Tri. ¡Así cómo carajos llegaremos al quinto partido! El primero de ellos del Banco de Chile, subido a su cuenta de Youtube el pasado 27 de mayo y que alcanzó dos millones de visitas en menos de dos meses:

En contraparte, el de uno de los patrocinadores del seleccionado mexicano con mayor presencia en los espacios comerciales de televisión, y además reconocida y consolidada empresa en su ramo: BIMBO; anuncio colgado en Youtube desde el 9 de mayo, con apenas poco más de 6,500 visitas en dos meses.

Salvo honrosas excepciones, como en el caso de un comercial de Yale lanzado el 28 de mayo y ya con 63,000 visitas en siete semanas, el común denominador de los anuncios elaborados para transmitirse en México con motivo mundialista distan mucho de ser auténticos ejemplos de calidad en cuanto los requerimientos mínimos que pudieran esperarse. ¿Falta de respeto al consumidor? ¿Ignorancia de lo que se está haciendo en otros países? ¿Muy escaso conocimiento de la materia? ¿Pleno desinterés en desarrollar un producto que vaya más allá de los recursos ya empleados? Baste recordar el comercial de Pepsi México que congrega a tres en otrora estrellas del fútbol nacional y morirnos de pena ajena.

No podría estar completo este artículo sin brindar reconocimiento a quien lo merece: Argentina. Si bien su representativo nacional no ha levantado la copa desde México 86, y desde Italia 90 que fueron vencidos en la final por Alemania no han superado la ronda de Octavos de final, sus publicistas Mundial tras Mundial se juegan el físico poniendo toda la carne sobre el asador, sin guardarse el menor elemento de creatividad y emoción que genere una indisoluble conexión entre el anuncio, el espectador, y el equipo argentino.

Ante lo difícil de decidir entre la variada producción (buscando en Youtube comerciales argentinos mundial 2014), para muestra un botón, el de la cervecera Quilmes, colgado en Youtube el 10 de mayo y con más de un millón cien mil visitas en dos meses:

Es posible que tal enjundia de los creativos argentinos tenga su origen -como reza este último spot- en que son un pueblo que inventó algo mejor que el fútbol: el amor al fútbol. Mientras que en México éste sólo sirve como un entretenido distractor para la población, y sea de paso el Mundial aprovechado por sus representantes como la perfecta cortina de humo para acomodar las deliberaciones de las reformas con las que están hipotecando al país. ¿Será?